Condena: 22 años y tres meses
En 2010, una amante del exportero, Eliza Samudio, afirmó que había tenido un hijo cuyo padre era Bruno, pero el futbolista, ya casado, se negó a reconocerlo y pagar una pensión. Poco después, Samudio desapareció y un primo de Fernandes reconoció haberla matado junto con un amigo en un crimen organizado por el portero. El cuerpo de la mujer nunca apareció ya que el primo contó que se lo dieron de comer a unos perros.